Barcelona

Em sento una mica desubicada. Com estranya.
Casa meva segueix sent meva, però quelcom ha canviat i jo encara no ho he pogut percebre.
Em sento nova a tot arreu, gent nova, maneres noves, hores noves, escales i llums nous, classes noves, maneres noves.
Busco personatges que han format part del meu hàbit durant tot aquests mesos a Cuenca, busco hores i paraules que no trobo, busco cafès a les hores convingudes, a l'arribar, després de dinar, a mitja tarda al costat del passadís.
Berenars puntuals i passejades a negra nit, amb la música i els passos tranquils.
Serà que costa tornar-se a acostumar. Serà que trobo a faltar totes aquelles cadires i persones que em feien companyia, totes aquelles mans que tocaven i sentien la pintura amb mi.
Aquelles ulleres que amaguen la mirada i la manera de veure les coses que tant m'han ajudat.
Serà que Cuenca, encara que dura, ha estat deliciosa.

Cuenca.Lisboa

Cuenca-Lisboa

Identidad, objeto y memoria.

La moqueta roja que inunda las calles de Cuenca.

La nada de Cuenca, que es distinto al todo. La nada no es todo.

Cuenca es, pero hay tantas cosas que no son... Calles y ventanas por donde escaparse.

Estar en Cuenca y en todos los sitios al mismo tiempo. Cajita de limites exagerados.

Pequeñas cosas, ver que son como se quiere que sean en todo.

Poner cintas de colores cuando uno de los cuadros se ha acabado. Cintas infinitas.

Ver cosas distintas, caminar y ver que no se acaba, dar el infinito a los ojos y dejar de mirar hacia adentro.

Mirar, moverse y sentir para la pintura, trabajar y hacer pintura.

Cuatro naranjas nevadas. Activar la mente y las manos para pintar. Pensar. Hacer cosas.

Su pintura, sus ideas, su manera al hablar, al moverse, al preguntar, al ser.

Encontrar belleza en las cosas y las personas.

Encontrar aun más de la que ya tienen.

Los ojos para retener todo lo que pueden.

Café, ventanas, luz, rojo, piedras.

Lisboa, impresionante, blanca y silencios. Llena de piedras que construyen caminos.

Llena de ropa tendida contando cosas. Llena de ventanas discretas.

Llena de humedad en las manos y llena de olores en las calles.

Bajar del tren triste.

Puntos de Lisboa.

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Cortinas rojas.

Cortinas rojas, paredes verdes.
Camas cuadradas llenas de cuadrados rojos.
Pintura llena de manos.
Figuras y hombres.
Gafas profundas, sabiduría infinita.
Recuerdos lejanos, fríos y nevados. De invierno, de primavera, de río humedo cargado de verdes sospechosos.
Carreteras solitarias, unicas para ponernos encima de la cabeza, estrellas y cometas.
Lucecitas pequeñas, amarillas, anunciando la llegada a destino. Calles desiertas, dormidas.
Tardes largas. Cafés calientes y conversaciones de pasillo.
Lamentos al mar desde tierra adentro. Tragando lineas y lineas blancas que van trazando el camino.
Mares lejanos confundiendo el horizonte.
Sueños llenos de flores de colores, en los balcones, en las calles, en las manos.

Blanc i Negre

Colores enumerando las nubes, palabras señalando al cielo.

Baldosas blancas y negras para jugar mientras andamos hacia la nada.

Baldosas que acogen nuestros pies y nuestras manos para conseguir llegar más lejos.